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Finanzas 26.02.25

Aspectos positivos y negativos tras la reunión con el FMI

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Un economista liberal oficialista y otro heterodoxo moderado, de los que no proponen romper todo, coinciden en destacar por lo menos dos logros económicos del gobierno.

La reducción de la inflación y el superávit fiscal encabezan el ranking de lo positivo mientras que del otro lado de la balanza, la demora en la reactivación con sus consecuencias respecto de la creación de empleo y la apreciación cambiaria concentran preocupaciones sobre el mediano plazo.

Esa visión del promedio de los operadores financieros coincide con lo que trasciende de las negociaciones del gobierno con el Fondo Monetario Internacional sobre la visión del organismo: aplaude el resultado fiscal pero duda sobre la competitividad de la Argentina.

El Presidente Javier Miei se reunió en la semana con la titular del organismo y, a la salida, el mensaje de Kristalina Georgieva fue calcado al de encuentros anteriores entre funcionarios del Gobierno y del Fondo.

Resaltó los “resultados significativos” en materia monetaria y fiscal e insistió en que “nuestros equipos siguen trabajando” para llegar a un acuerdo que según anticipó el ministro Luis Caputo, quedará cerrado en el primer cuatrimestre.

La apuesta de Caputo abrió una ventana importante al anunciar que el acuerdo que negocian contempla “un nuevo régimen cambiario”.

¿Pasará la Argentina a un régimen de flotación con bandas compradora y vendedora para el dólar en vez del actual de un aumento del dólar de 1% mensual?

Detrás de esa pregunta arrancaron otras sin respuestas: ¿cuándo comenzará el nuevo régimen?, ¿cuál podría ser el precio promedio del dólar entre bandas?, ¿se dará de baja simultáneamente el dólar blend que establece que 20% de las exportaciones se liquiden en el mercado libre?

A esas preguntas como a la de cuál será el momento para el levantamiento del cepo cambiario, el ministro Caputo las responde con contundencia pero sin poder reducir la incertidumbre. Suele decir: “levantaremos el cepo cuando estén dadas las condiciones”.

Los operadores dicen creerle al Presidente Javier Milei cuando asegura que no habrá una devaluación pero, también, observan la situación de las reservas del Banco Central y caen en la cuenta de que sin aportes adicionales del FMI, la calma cambiaria, determinante para bajar la inflación, está siendo observada.

El gobierno ya demostró capacidad para que el Banco Central compre dólares y fortalezca las reservas netas pero, también, al no conseguir financiamiento extra, debe destinar el grueso de esas divisas al pago de deudas manteniendo las reservas netas en el plano negativo.

“La novedad, sostiene el último informe de Eco Go al analizar el tema, es que el gobierno pudo transitar un año y dos meses pagando sin acceder al mercado”.

Y dice que la contracara, sumada a un Tesoro que desde septiembre pasado sólo refinanció el 90% de los vencimientos de la deuda en pesos y para comprar los dólares usó los pesos que tenía depositados en el Banco Central, es una remonetización de la economía “sin respaldo de reservas y manteniendo el cepo”.

El resultado fue un aumento fuerte de la base monetaria pero con un bajo aumento de las reservas brutas y recortando muy poco el resultado negativo de las reservas netas del Central.

El BCRA compró muchos dólares desde que asumió (US$ 23.000 millones) “y el Tesoro le compró al Central US$ 15.800 millones pero sólo le quedan en los depósitos US$ 2.500 millones. El resto lo usó para pagar vencimientos”.

El esquema le rindió frutos al gobierno en materia de estabilizar al dólar, bajar la brecha cambiaria y reducir la inflación pero no logró disipar la idea de la transitoriedad cambiaria que actúa de trasfondo en muchas decisiones empresarias.

Llegado al punto del “criptogate” desatado por la promoción de $Libra por parte del Presidente y creyendo en las encuestas que su imagen no fue afectada para sus seguidores, los mercados muestran resultados diversos.

Las acciones del Merval caen 11% y los bonos en dólares un 3% en promedio en lo que va del mes. La tasa de riesgo país aumenta a 748 puntos, una señal de sensibilidad financiera.

Los operadores dicen no estar preocupados y resaltan el hecho de que los mercados vienen de ganancias espectaculares desde la segunda mitad de 2024. ¿Habrán terminado los coletazos del criptogate?

Es en este contexto que la plata del FMI puede resultar un bálsamo importante a favor de la estabilidad cambiaria pero se desconoce cuál será el cambio que introducirá el gobierno.

Para Eco Go el “FMI demanda un esquema menos rígido, que vaya desarmando el andamiaje del cepo. Eventualmente un tipo de cambio flexible entre bandas angostas” donde el BCRA compre en la inferior y venda en la superior.

También el organismo pediría destrabar el crédito al sector público requiriendo un dólar “más alto que reestablezca el superávit de la cuenta corriente” desarmando el dólar blend y con tasas de interés en pesos más altas.

El gobierno ya movió sus fichas al anunciar la baja temporaria de las retenciones para acelerar la liquidación de la cosecha gruesa. La respuesta está en proceso y parte de su éxito descansa en que los mercados crean firmemente en que el nuevo esquema cambiario que anticipó Caputo despierte más certezas que dudas.

Clarín